En la línea de continuar dando servicio de apoyo al sector de comunicación privado como a los foros académicos, este 2017 respondemos a las preguntas de un alumno, en este caso no de la UBU sino de la UVA -Universidad de Valladolid, al que pertenece el campus universitario de nuestra ciudad vecina Soria-.
A continuación el titular del trabajo, las preguntas y mis respuestas al Cuestionario empírico, su resumen y Conclusiones del estudio emitidas por el alumno:
Riesgo sistémico y fragilidad de la banca española
1. ¿Qué tipos de riesgos son los más relevantes hoy en día -2017- en el negocio bancario? ¿Han cambiado con respecto a los que se tenían en cuenta antes de la crisis de 2007?
Los principales riesgos del negocio bancario se pueden agrupar en riesgos de gobierno corporativo, riesgos de cumplimiento, conducta y reputacional, riesgos geopolíticos, riesgos normativos y de supervisión (en nuestro caso centralizados en el BCE), riesgos de gestión del capital y control de este, riesgo operacional y ciberseguridad, entorno de riesgos micro y macroeconómicos -en mayor o menor medida en función del grado de globalización e internacionalización de las entidades-, riesgo de los modelos de riesgo, y en otros riesgos menores como serían la delegación de facultades a centros de negocio, factor controlado por modelos de scoring/rating de pérdida esperada. Sin olvidarnos de los riesgos de crédito, financiación y liquidez que son precisamente los que valoramos en la toma de decisiones en los centros de riesgos y que a su vez son riesgos que a nivel del propio banco también se deben considerar por supuesto para sí mismo.
Vinculado a los riesgos normativos destacar la amenaza del riesgo de entrada de nuevos competidores, más allá de los fintech actuales, muchos en fase embrionaria aún en España. La gran amenaza son las grandes corporaciones multinacionales Tech que puedan acceder al negocio bancario con unas estructuras mínimas en un entorno de digitalización de las relaciones financieras y bancarias, de que tengan unas exigencias distintas a las de la banca tradicional, algo que ya están soportando en cierta medida otros sectores de actividad de servicios con mayor intensidad relativa. También hacer una mención aquí al negocio de las monedas virtuales (bitcoin, etc.) que quedan o puedan quedar fuera del “manejo” o depósito en cuentas bancarias.
El riesgo jurídico también es importante en España, mercado donde destacamos por una latente inseguridad jurídica, tanto para los sectores cliente -inclusive en actividades reguladas como la energía-, como para el mismo sector bancario con sentencias dudosas como la materia de gastos hipotecarios; en el caso de las clausulas suelo se debió regular en origen para evitar el despropósito de tener hipotecas con cláusula suelo pero sin la correspondiente cláusula techo al menos.
Los riesgos en esencia son similares a los de 2007, si bien algunos se han mitigado por la experiencia de quiebras bancarias en el ámbito internacional durante los últimos diez años, mientras que otros se han podido intensificar o hacer más palpables como el riesgo geopolítico y el riesgo de competidores potenciales tech y monedas virtuales.
A su vez el riesgo de liquidez parece que está mejor controlado actualmente por los bancos centrales que entonces, mientras que el riesgo de posiciones bajistas en cuanto al impacto en la cotización bursátil parece que es una tendencia al alza, llegando a tener que intervenir las autoridades de los mercados de valores (CNMV) recientemente en un valor bancario. Se ha prohibido temporalmente la introducción de ordenes bajistas, lo que no deja de ser contraproducente por alterar la cotización normal individual, sectorial y por ende de los índices nacionales.