Han pasado tres años desde que en octubre de 2010 el dueño de la cadena textil Mango hiciese unas declaraciones por la que algunos funcionari@s se sintieron ofendidos, pero el calado de sus palabras aún persisten en la retina de estos como para mantener su rechazo a la compra de cualquier prenda de vestir en sus tiendas (tanto físicas -comercios- como por supuesto tienda online).